sábado, 5 de diciembre de 2009

Clase del lunes 30 de noviembre y concurso de fotografía






Buenas nuevamente.
Vuelvo al blog para comentar lo que hicimos en la anterior clase de Proyecto Integrado y además, incluir un resumen de todo lo que hicimos el día del IV Concurso de Fotografía de Medina Sidonia.


CLASE DEL DÍA 30

Lo primero que hicimos en clase fue comentar cómo iban las puntuaciones de cada uno de nosotros. Cabe recordar que en este trimestre nuestras notas iban a depender en parte de nuestro trabajo en Flickr. Aquellos que tuvieran más comentarios serían beneficiados con un punto más en la evaluación. Asimismo, aquel grupo que hubiera conseguido más comentarios también sería premiado con un punto más para cada miembro del grupo. De manera que si estabas en un buen grupo y además acumulas muchos comentarios podrías ganar dos puntos extras. Lo contrarío ocurriría para aquellos que estuvieran en el grupo con menos comentarios y que además, de manera individual, tuviese menos comentarios.

A continuación Miguel Roa nos habló del concurso de fotografía, que sería el viernes próximo. Nos comentó todo lo que teníamos que saber y todo lo que teníamos que hacer. Debíamos estar a las 8 de la mañana preparados en el salón de actos del centro. Teníamos que colocar los asientos del salón de manera que cada monitor, es decir, cada uno de nosotros, se sentara al lado de 6 alumnos participantes de los distintos colegios e institutos de Medina. También nos explicó que una vez acabado el concurso tendríamos que recoger las tarjetas de memoria de nuestros participantes asignados, meterlas en un sobre, leerlas en casa con el ordenador, y hacer una selección de 5 fotos por participante. Posteriormente, tendríamos que devolver las tarjetas a Miguel y entregar junto a ellas un Pen-Drive donde estuvieran las fotos seleccionadas. Además, en ese Pen-Drive deberían ir 5 fotos nuestras que echásemos durante el concurso, aunque nosotros no concursáramos. Esas 5 fotos son las que subo junto a esta entrada.

Obligatoriamente debíamos pasar por algunos puntos de Medina: la Iglesia Santa María, la Plaza de España, dos casas rurales y otra Iglesia cualquiera. También, cuando acabara el concurso tendríamos que ir a hablar con Miguel de las incidencias que hubiesen tenido lugar.

Continuamos hablando de otras reglas, como por ejemplo la de que los niños no tienen permiso para irse por su cuenta en ningún momento de la mañana. Se nos dijo también cómo actuar en el caso de algún accidente o de alguna urgencia, y acabamos de tratar todos los asuntos relacionados con el concurso.

A continuación Miguel nos puso las fotos que había seleccionado de Flickr esa semana y las fue comentando. Para acabar la clase vimos el PowerPoint que se iba a poner durante la charla del viernes, antes del inicio del concurso.


IV CONCURSO DE FOTOGRAFÍA

Y llegó el viernes cuatro de diciembre. Miguel ya nos había hablado del concurso de fotografía con anterioridad, creo recordar que incluso a principios del trimestre ya dejó caer algo acerca del concurso. Y bien, llegó el tan esperado día, el día en el que unos alumnos de segundo de bachillerato tendrían que salir a la calle acompañados por un grupo de niños cargados de ilusión y de competitividad.

A las 8 de la mañana del viernes estábamos todos a las puertas del salón de actos del instituto. Nuestra primera tarea sería recolocar los asientos del salón de manera que cada uno de los monitores quedara sentado junto a 6 alumnos participantes. Una vez que acabamos de poner en orden todo el salón, Miguel nos entregó a cada uno la programación del día, un folio a rellenar con los datos de los participantes y seis sobres vacíos en los que tendríamos que poner el nombre del alumno e introducir su tarjeta de memoria.
Nos sobraron algunos minutos, ya que todo comenzaba a las 9, así que salimos al patio del instituto donde nos echamos las primeras fotos unos a otros. Con el toque del timbre de las 9 todos nos fuimos al salón de actos y comenzaron a llegar los participantes.
A cada participante que llegaba teníamos que pedirle el nombre y sus apellidos y también el curso en el que se encuentraba. Estos datos los poníamos en el folio que nos entregó Miguel, folio que luego tuvimos que entregarle a él para que en caso de que pasara algo tener controlado qué alumno lleva a qué niño. También teníamos que revisar su cámara de fotos y comprobar que no guardasen la fecha y que además estuvieran a la máxima resolución.
En mi caso fueron solo 5 niños, ya que de uno de los institutos no vinieron participantes suficientes. En un primer momento me alegré, todos parecían buenos chavales y no parecía que fueran a dar muchos problemas. Aunque todavía me quedaba ver cómo se comportaban en la calle.
Después, una vez que habían llegado todos los concursantes, el director de nuestro instituto y el presidente del AMPA hablaron unos minutos a modo de presentación. Seguidamente, Miguel Roa empezó a comentar todo lo que debía saberse sobre la mecánica del concurso. Cuando acabó, pasó a tratar el tema de la fotografía en sí, y para ello se sirvió del PowerPoint que nos había mostrado el lunes en clase. Durante la conferencia, los niños a mi cargo estuvieron todos pendientes y atentos. Comentaban entre ellos algunas de las fotos que explicaba Miguel e intentaron asimilar todos esos conocimientos sobre fotografía.

Serían las once menos cuarto de la mañana cuando acabó la conferencia y cuando salimos al patio, donde nos esperaba un desayuno elaborado por el AMPA.

Llegadas las once, nos dispusimos todos a comenzar con la ruta. Tres monitores, Rocío, Milagros y yo, decidimos ir juntos en todo momento y realizar la misma ruta. Esta decisión nos traería consecuencias en un futuro, ya que al unir 17 niños ya habían algunos que se conocían y por tanto se despistaban algo más e incluso llegaban a molestar a otros participantes. Pero aun así supimos ponernos en nuestro lugar y controlar la situación en todo momento, aunque luego, al acabar el concurso, nuestra mentes resultasen levemente perjudicadas.
Decidimos que lo primero que haríamos sería ir a los sitios de visita obligatoria, y así fue. Subiendo la calle de nuestro instituto ya nos encontramos con dos viviendas de las que colgaba la bandera de "Jornadas de Puertas Abiertas de Medina Sidonia". Aprovechando que nos encontramos con ellas entramos rápidamente para que los concursantes sacaran alguna que otra foto. Seguimos subiendo por Medina y nos topamos con el Caminillo, donde dejamos que los participantes sacaran también algunas fotografías. Siguiendo la ruta llegamos al Arco de la Pastora. Allí nos paramos un ratito a que sacaran fotos de distintos angulos y a distintos elementos de la zona. Continuamente teníamos que estar contando si llevábamos con nosotros a nuestros respectivos alumnos. No era raro verme cada dos por tres de puntillas y contando con los dedos del 1 al 5 mientras señalaba sus cabezas.
Yo también tenía que estar con ellos sacando fotografías, y es algo extraño lo que sientes cuando ves que verdaderamente puedes aconsejar a un grupo de personas acerca de cómo sacar una mejor fotografía. Tras todo un trimestre tratando la fotografía, ahora soy capaz de fijarme más en las luces, en las sombras, en los reflejos, en las composiciones, etc. y fui capaz de asesorar a algunos participantes de cómo obtener una fotografía algo más interesante.
Debido a que tuve que estar continuamente pendiente los niños no pude sacar muchas fotos a lo largo de la mañana. Saqué alrededor de 30, pero me fueron suficientes.

Siguiendo nuestra ruta, creo recordar que pasamos a ver el Hotel Medina Sidonia. Allí también sacaron buenas fotos nuestros participantes. A continuación seguimos subiendo la calle Bohórquez y fuimos a las dos casas rurales. Estuvimos alrededor de 10 minutos en cada casa rural. Aquí los niños obtuvieron también buenas fotografías y además empezaron a conocer algo más de su pueblo.

A continuación fuimos a la Iglesia de Santa María. Allí nos mezclamos muchos grupos y era fácil que los concursantes se nos perdieran. Estuvimos con los alumnos fuera de la Iglesia, donde obtuvieron fotos de la fachada y la puerta, también estuvimos en el patio interior, en el interior de la propia Iglesia (donde se les recomendó que anularan el flash) y además, como una novedad para todos, pudimos subir al museo de la Iglesia. Aunque estaba en obras aun, se podían ver algunos cuadros y esculturas.
Tras hacer el recuento de los niños y unirnos todos nuevamente comenzamos a bajar cogiendo por el Arco de Belén. Fuimos a la siguiente parada, la Iglesia de la Victoria. Pero los niños ya no tenían más interés en las iglesias, por lo que allí estuvimos muy poco tiempo. Seguimos andando hacia la Plaza de España, que desafortunadamente, no estaba en condiciones cómo para sacar fotografías. Había gente trabajando en el montaje de una carpa y las fotos se vieron reducidas. Aun así, era posible obtener fotografías interesantes si se trataba de evitar lo feo del montaje de la carpa.

Nos quedaba tiempo para realizar al menos tres visitas más, así que fuimos a tres patios más. El primero de ellos en la calle La loba, un patio precioso donde dos señoras nos contaron la historia del patio y de las fotos que tenían por allí colgadas. El segundo patio también estaba en la calle La Loba, casi al final de ésta. Pero este resultó ser menos interesante y no había mucho que fotografiar. Finalmente estuvimos en otro patio en la calle Espíritu Santo que resultó ser la casa de la abuela de una de mis concursantes.
Teníamos ya el tiempo justo para volver al instituto, así que iniciamos el descenso hasta él.

Una vez que llegamos nos encargamos de recoger las tarjetas de los niños y de llevarlos nuevamente al salón de actos, donde se dio por finalizado el concurso.
Los niños fueron yéndose con sus profesores y ya nos quedamos únicamente los monitores con Miguel Roa. Era el momento de comentar cómo había ido el día. En general todo fue bien, no hubo accidentes de ninguna clase. Algunos niños resultaron mejores y otros fueron más problemáticos. Por ejemplo, Rocío, una de las monitoras con las que viajé todo el tiempo dio su impresión acerca de lo mal que se habían portado dos de sus participantes. Yo también viví todo lo que hicieron puesto que iba con ella. No le faltaba razón a Rocío al afirmar que estaba muy descontenta e irritada por el mal comportamiento de los niños. Durante la mañana habían protagonizado escapadas (se fueron a sus casas, pero por el camino los profesores se los encontraron y nos los trajeron de regreso), también protagonizaron peleas e incluso resultaron molestos para otros participantes.

Pero bueno, en general el resto de niños resultaron geniales y no dieron más problemas. Para acabar con la jornada Miguel nos invitó a tomar algo, y aquellos que pudimos ir fuimos y los demás se fueron para sus casas.

Ahora tocaba la segunda parte, la selección de las cinco mejores fotos de los niños. Hubo de todo: tarjetas vacías, fotos malas, fotos movidas, desenfocadas, con baja resolución, etc...
Pero finalmente, de una manera o de otra conseguimos entregar a Miguel todas las fotos.
Ahora es tarea de él completar el proceso, seleccionando las ganadoras.

Para finalizar, me gustaría decir, que a pesar de todo lo que ocurriese ese día, ahora pensándolo más en frío, no me arrepiento en absoluto de lo hecho. Pasamos un buen día, acompañando a un grupo de niños que quizás era la primera vez que sostenían una cámara entre sus jóvenes manos. Fue una experiencia positiva que no creo que me importara repetir en otra ocasión.

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