sábado, 13 de febrero de 2010

Clase del lunes 8 de enero

En la anterior clase de Proyecto Integrado tratamos diversos temas.

En primer lugar hablamos sobre la recaudación del dinero para Haití; la cantidad que llevábamos acumulada, la fecha límite para entregar dinero, etc.
Luego pasamos a ver el video de un programa de Canal sur, conocido como el Club de las Ideas, en el cual salimos algunos de nosotros. En el mes de diciembre Miguel nos propuso participar en esa actividad y cuando le dijeron a él el día en el que se emitía el programa le pidió a dos compañeros de clase que lo intentaran grabar para poder verlo luego. Y así lo hicimos.

A continuación pasamos a ver dos PowerPoint, uno sobre trabajos “feos”, es decir, trabajos que a primera vista no parecen ni mucho menos interesantes por las actividades que hay que desempeñar en él. El otro PowerPoint también estaba relacionado con el mundo del trabajo, pero esta vez estableciendo una comparación en tono humorístico entre la profesión de mecánico y de cirujano.

Y lo último que hicimos fue ver dos videos, uno primero sobre la Universidad de Navarra y uno segundo del cual tenemos que hacer un comentario. El video recogía un discurso llamado Wear Sunscreen (Usa protector solar) escrito por Mary Theresa Schmich en una columna del Chicago Tribune.

En el video, se dice lo siguiente:

«Señores y señoras usen protector solar. Si pudiera ofrecerles sólo un consejo para el futuro, sería éste: Usen protector solar.
Los científicos han comprobado sus beneficios a largo plazo mientras que los consejos que les voy a dar, no tienen ninguna base fiable y se basan únicamente en mi propia experiencia. He aquí mis consejos:

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud.
No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que no se haya marchitado.

Pero créeme, dentro de veinte años, cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo guapo que eras en realidad.

No estás tan gordo como imaginas.

No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle.

Lo que sí es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida son aquellos que nunca pasaron por tu mente, de ésos que te sorprenden a las 4 de la tarde de un martes cualquiera.

Todos los días haz algo a lo que temas. Canta.

No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos.

Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces se pierde.

La competencia es larga y, al final, sólo compites contra ti mismo.

Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (pero si consigues hacerlo, dime cómo hacerlo).

Guarda tus cartas de amor. Tira las cartas del banco. Estírate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida.

Las personas más interesantes que he conocido no sabían qué hacer con su vida cuando tenían 22 años. Es más, algunas de las personas que conozco tampoco lo sabían a los 40.

Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas sentirás la falta que te hacen cuando te fallen.

Quizá te cases, quizá no. Quizá tengas hijos, quizá no. Quizá te divorcies a los 40, quizá no.

Quizá bailes el vals en tu 75 aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni te critiques demasiado. Optarás por una cosa u otra, como todos los demás.

Disfruta de tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas.

No tengas miedo ni te preocupes por lo que piensen los demás porque es el mejor instrumento que jamás tendrás.

Baila, aunque tengas que hacerlo en el salón de tu casa.

Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza pues para lo único que sirven es para hacerte sentir feo.

Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén.

Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado y, probablemente, serán los que te acompañen en el futuro.

Entiende que los amigos vienen y se van pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño.

Esfuérzate por no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque, cuando pase el tiempo, más los necesitarás.

Vive en una ciudad alguna vez pero múdate antes de que te endurezcas.

Vive en un pueblo alguna vez pero múdate antes de que te ablandes.

Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: los precios siempre subirán, los políticos siempre mentirán y tú también envejecerás.

Y, cuando seas viejo, añorarás los tiempos en que eras joven: los precios eran razonables, los políticos eran honestos y los niños respetaban a los mayores.

Respeta a los mayores. No esperes que nadie te mantenga pues tal vez recibas una herencia o, tal vez te cases con alguien rico pero, nunca sabrás cuánto durará.

No te hagas demasiadas cosas en el pelo porque cuando tengas 40 años parecerá el de alguien de 85.

Sé cauto con los consejos que recibes y ten paciencia con quienes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia.

Dar consejos es una forma de sacar el pasado del cubo de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas y reciclarlo dándole más valor del que tiene.
Pero hazme caso en lo del protector solar.
»

Cuando vi el video en clase me impactó verdaderamente. Recoge todos aquellos pequeños detalles que alguna u otra vez nos han preocupado a todos. ¿Quién no se ha preocupado alguna vez por el físico, los kilos de más (o de menos), los celos, la competencia, los insultos, miedos, vergüenzas?

Comentando el video con una amiga llegamos a la conclusión de que este tipo de cosas no están hechas para comentarlas, sino más bien para interiorizarlas y sentirlas de pleno uno mismo. Creo que el hecho de intentar explicar estas líneas carece de sentido por ello. Aun así intentaré hacer lo posible.

La vida, el paso de los años, te va enseñando poco a poco. A veces por causas positivas y otras por negativas, pero en definitiva lo importante es que te enseña. En el discurso se redactan aquellos detalles de la vida a los cuales no prestamos atención en su preciso momento. Es después, con los años, cuando recapacitamos y vemos todo lo que hemos dejado ya atrás, aquello que pudimos hacer de otra manera, aquello que pudimos conducir de otra manera y que no lo hicimos. El físico por ejemplo, o el miedo y las vergüenzas, temas que a todo el mundo preocupan y por los que muchos sufren. ¿Y tienen importancia verdaderamente? Personalmente, creo que cada vez menos. Quizás en algunos temas como el físico pueda ser discutida su importancia. El atractivo que comporta el físico varía con el tiempo, y lo que en una época gusta pasa a repugnar en otra. Pero en el caso de cosas como las vergüenzas, la importancia es mínima. Si dejamos de hacer cosas que nos gustan basándonos en el que dirán, nunca haremos nada. Hay que aprovechar en todo momento la ocasión que nos brinde la vida. Solo hay una y no vuelve a repetirse nada. El tiempo pasa y lo que dejemos pasar junto a él no podrá recuperarse jamás.
Yo soy una persona tímida, que se piensa mucho las cosas antes de actuar. Pero sucesos recientes están haciéndome entender cosas que antes apenas me planteaba. Hay que intentar ser un poco más abierto. La personalidad de uno no se puede modificar así como así, pero sí que se puede moldear y adecentarla en pos de conseguir una mayor satisfacción en determinados momentos.

Pasarán los años y nos daremos cuenta de lo tontos que hemos sido, dejando pasar oportunidades únicas, dejando pasar momentos importantes, restando importancia a cosas que verdaderamente la tienen. Nos daremos cuenta de cuan importante puede llegar a ser nuestra familia en la vida, que siempre estará ahí.

En conclusión, a base de darnos una serie de consejos, con tono humorístico todos ellos, haciéndonos sonreír con la lectura de cada uno de ellos, se nos hace reflexionar sobre los pormenores que tiene la vida esta, llena de altibajos, cambiante y estresante. El tiempo sabrá situarnos y nos hará ver qué cosas pudimos mejorar y por supuesto, nos hará ver qué cosas hicimos como es debido.

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