viernes, 5 de febrero de 2010

Clase del lunes 1 de febrero

En la anterior clase de Proyecto Integrado tuvimos la visita de cinco profesores que vinieron a contarnos su experiencia en la universidad. Cada uno enfocó su charla como quiso, pero todos tenían un mismo objetivo: hacernos ver lo importante y beneficiosa que es la universidad.

El primero en hablar fue Alonso Malia, que estudió Física. Comenzó su charla hablándonos de cómo estaba él antes de tener que irse a estudiar fuera. A sus dieciocho años ya tenía claro que quería ser científico y esto lo hizo decantarse por la Física. Realizó sus estudios en la Universidad de Granada, ciudad a la que se fue con seis amigos suyos de Barbate.

Allí Alonso se dio cuenta de lo difícil que es llevar para delante una casa, en la que vives con otras 5 personas. Tuvo que aprender a cocinar, limpiar, planchar, lavar la ropa, etc. Todo ello combinado por supuesto con el estudio y el ocio.
Afirma que durante los primeros meses extrañó mucho su tierra, su familia, sus amigos de Barbate, la comida de su madre, etc.
Le costó trabajo empezar, pero una vez que supo centrarse todo fue más sencillo de lo que parecía. Cuenta, por ejemplo, que de cuatro exámenes que tuvo en febrero cuando estaba en primero de carrera, solo aprobó medio examen. Pero finalmente pudo sacar todas las asignaturas.

Poco a poco se fue acostumbrando a todo, a los estudios, a la gente, a la convivencia… Comenzaba a hacer amigos, que incluso más adelante se los llevaría a Barbate.

Nos aconseja que aunque sea muy duro al principio hay que aguantar. Será la etapa más importante de nuestra vida, que más va a ayudarte a abrir la mente y que más te va a marcar. Además es un momento perfecto para disfrutar y divertirse: fiestas, amigos, salidas, etc.

Concluyó diciendo que la etapa de la universidad es cuando verdaderamente creces como persona y comienzas a valorar todo lo que tienes.

El siguiente en intervenir fue Antonio Pan, que estudió Matemáticas. Ya desde pequeño le gustaban las matemáticas, pero aun así, cuando cursaba segundo de Bachillerato dudó de si estudiar Matemáticas o Informática. Pero finalmente eligió Matemáticas. Tuvo la oportunidad de irse a estudiar a Sevilla, pero sin embargo no quiso aceptarla y se quedó en Puerto Real, ciudad que queda más cerca de Medina, lugar donde nació. Con los años parece arrepentirse de haberse quedado en Puerto Real ya que según él la ciudad no ofrece muchas oportunidades y su estancia allí se le hizo algo tediosa.

A continuación pasó a hablarnos de lo diferente que es el profesorado de un instituto comparado con el de la universidad. Nos advierte de que allí no nos van a tratar ni mucho menos igual que el instituto. Cada profesor va a su aire y no se preocupa de lo que le pase a sus alumnos. Afirma que en la universidad hay pésimos profesores, que no saben si quiera lo que están dando. También reconoce, obviamente, que hay algún que otro profesor que sabe perfectamente de lo que habla. Estos profesores incompetentes suelen ser además los que más fastidian al alumnado, ya sea por la complejidad de la asignatura, por las malas explicaciones del temario, por la confusión que se pueda generar, etc.

Antonio nos aconseja que busquemos apuntes, exámenes de otros años, etc. Cualquier información extra es muy importante para poder sacar las asignaturas, las cuales él mismo dice que son muy difíciles de aprobar, ya que el trabajo que hay que realizar es muy duro y hay que saber buscar y sintetizar mucha información.

Luego pasó al tema del ocio y la diversión. Que una de las cosas más típicas durante el tiempo de la universidad son las fiestas en los pisos, ya sea el piso propio o el de alguna amistad. Nos cuenta incluso una anécdota que tuvo lugar en su piso mientras él estudiaba. Organizaron una fiesta y compraron dos tartas, de las cuales no quedó nada, ya que prontamente se inició una guerra entre los amigos y la tarta sirvió como arma.
Reconoce que las relaciones sociales son muy importantes. Que en la universidad se conoce a muchísima gente y se hacen muchísimos amigos. La interculturalidad también es muy importante.

Para concluir su intervención nos dice que es importantísimo a la hora de escoger lo que se quiere estudiar buscar un equilibro entre vocación y utilidad.

A continuación intervino Pedro Callealta, que estudió Química. Pedro tenía claro desde un principio que quería dedicarse a la ciencia y por ello, tras dudar entre Biología, Física y Química, se decidió por estudiar química. Pedro estudió en Puerto Real también, y por ello no necesitó buscar piso, iba y venía todos los días desde su casa.

Pedro reconoce que el primer año de la carrera le fue mucho más sencillo que el año anterior en COU. Afirma que acababa muy cansado todos los días debido a que por la mañana tenía que asistir a las clases, y después de una hora que tenía para comer, tenía que ir a las prácticas. Por ello llegaba muy tarde a su casa, y apenas tenía tiempo para estudiar, pero aun así lograba sacar algo de tiempo y estudiar alrededor de quince días antes de los exámenes.

Pedro también nos habló de los profesores de la universidad. Nos comentó que son muy distintos a los de un instituto. Que los hay verdaderamente malos dando clase y que además se les nota perfectamente que no saben de lo que están hablando. Nos contó una anécdota de un profesor cuyo material para dar clase solo consistía en unas cuentas transparencias que iba cambiando y de las cuales los alumnos tenían que tomar apuntes. A partir de esta anécdota Pedro nos ejemplificó lo que quería decir cuando dice que hay muy malos profesores.

Nos cuenta también que en su época estudiar era más difícil. No tenía dinero para comprar libros y por eso tenía que pasar mucho tiempo en la biblioteca.

Pero aun así todo merece la pena, es la mejor etapa de la vida y el momento de divertirse y de pasarlo con amigos. Termina su intervención hablándonos de que los amigos que mas conserva y con los que más trato tiene son los de la facultad.

El cuarto profesor en intervenir fue Antonio Mateos, que estudió Física. Antonio estudió en Sevilla, y vivió allí en una residencia para hijos de militares, debido a que, obviamente, él es hijo de militares. Allí se encontró con otros muchos en su misma situación. Le impactó ver la gran variedad de gente que había en ese ambiente universitario, la cantidad de culturas, de personalidades distintas, etc.

Nos cuenta que la carrera fue muy dura, que pasó de tener matrícula de honor en bachillerato a tener un 0.25 en un examen de Álgebra que duró cuatro horas y media.

Para él el hecho de marcharse a vivir lejos de casa es importante. De nada vale seguir apegado a los padres, es el momento de independizarse y de madurar.

También es muy importante trabajar las relaciones sociales, divertirse, conocer gente, hacer amigos… Él mismo reconoce que a causa de esto, de prestarle más atención a las relaciones sociales que a los estudios, tuvo que repetir curso.

Recalca también lo que otros profesores ya habían dicho acerca de los profesores de la universidad y concluye diciéndonos que es muy importante estudiar algo que te guste, que de nada vale elegir una carrera por el simple hecho de que tu amigo la coge ni ese tipo cosas.

Finalmente, la última en intervenir fue Nathalie, profesora de francés en nuestro instituto y que estudió en Francia Filología Hispánica y también Filología Francesa.

Afirma haber recibido una educación muy estricta. Cuando ella estudiaba no había mucho dinero y por ello tenía que apañárselas con lo mínimo para poder seguir adelante. Se vio capaz, y así lo hizo, de realizar dos carreras. Una de ellas en el norte de Francia, en Lille y otra en la capital, en París.

Al principio las clases de Filología Hispánica se le hicieron muy duras, ya que todas las clases se daban en español, pero una vez que tuvo el suficiente dominio eso dejó de ser un problema. Describe su estancia en la universidad como una experiencia fabulosa e irrepetible. De allí sacó muchísimos amigos, y nos cuenta que su mejor amiga tenía veinte años más que ella. Con ello no quiere dar a entender lo importante que es hacer amigos, las relaciones con los demás, el intercambio de culturas, etc.

Tuvo una beca que recibió con gran alegría, ya que le permitía venirse a España a estudiar.
También insiste es la complejidad de las relaciones profesor- alumno y en la necesidad de autonomía de trabajo.

Nathalie tenía claro que debía aprobar todas las asignaturas en junio para que así no tuviera que estudiar en verano, ya que ese tiempo de vacaciones quería usarlo para trabajar y así ahorrar dinero para el próximo curso.

Como decía al principio, cada profesor nos contó su experiencia y cada uno la llevó por el terreno que quiso. Aun así se dan muchos puntos en común en sus charlas, y en definitiva, de ellas lo más importante es comprender que la universidad es una oportunidad única, que hay que aprovecharla al máximo, disfrutar de todo lo que venga, y por supuesto estudiar y enfrentarte a situación difíciles. Pero todo ello ayudará a que la persona madure y crezca.

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